Instrumentos meteorológicos antiguos

Este instrumento, de fabricante desconocido, data de finales del siglo XIX en el Reino Unido. Lo inventó el profesor Daniel hacia el año 1820; mide el punto de rocío por observación directa. Es, principalmente, un instrumento de uso en el laboratorio. Es un instrumento raro. Durante el siglo XIX era frecuente la existencia de instrumentos con un diseño poco práctico. Los “Daniels” son un buen ejemplo de ello.

El instrumento está básicamente compuesto de dos termómetros, uno “seco” y otro “húmedo”. Este último tiene un funcionamiento algo complejo y, como veremos, su medición es poco fiable. Tenemos el “termómetro seco” en el exterior y el “húmedo” en el interior de un tubo en cuyos extremos hay sendas esferas de vidrio. En el interior de la inferior tenemos el bulbo del termómetro “húmedo” sumergido en éter. Esta esfera inferior tiene una banda central dorada (no es decorativa). En el otro extremo del tubo de vidrio tenemos la esfera superior, que está envuelta en una muselina (no se muestra en la fotografía).

Para proceder a la medición del punto de rocío, con una pipeta tenemos que verter éter hasta empapar la muselina de la esfera superior. La rápida evaporación del éter causa enfriamiento y la condensación del vapor de éter que hay en interior de este bulbo superior, esto también causa un descenso de la temperatura del termómetro ubicado en el interior de la esfera inferior. Este descenso de la temperatura causa la formación de rocío en el bulbo inferior. La franja dorada nos facilita su observación. En ese instante tomamos nota de la temperatura de los dos termómetros: el “seco” y el “húmedo”. Tenemos la temperatura en la que se forma rocío en el aire (termómetro húmedo) y la temperatura ambiente (termómetro seco); con las lecturas obtenidas y la consulta de las tablas de Regnault (psicrómétricas) puede determinarse la cantidad de agua que contiene el aire.

En este instrumento se pueden cometer fácilmente dos errores; el primero: la determinación del momento en que se forma el rocío. El segundo lo causa el observador con su prolongada y necesaria proximidad al instrumento, ya que altera el proceso que estamos intentado medir. Los higrómetros de "Daniels" quedaron rápidamente en desuso por ser poco prácticos de usar y debido a su baja fiabilidad. Fueron substituidos por los higrómetros de Regnault. Como se ha comentado, es instrumento raro, y todavía funciona. No fue necesario hacer ninguna restauración.